Saqueo de la corrupción
Por WILLIAM AHUMADA MAURY
“Hacer una vaca”, ese sencillo legado socio-cultural de nuestros abuelos -cultivado para fabricar hermandad en las barriadas populares de Colombia- está a poco de ser destruido por la corrupción.
“Hacer una vaca” es algo que no se puede aprender buscando una respuesta en un diccionario. Se puede describir tomando las vivencias de un grupo de adolescentes descamisados, que acaban de jugar un frenético partido de futbol, y se desparraman a la sombra de un inmenso árbol de mango en el Santuario.
En ese ambiente el tiempo no lo rige el reloj. Las horas, los minutos, los segundos, no existen. El tiempo entre amigos, no se mide…se disfruta.
Esas inolvidables vivencias de nuestros ancestros culminan con un mandato costumbrista que viene de la sana hermandad de nuestros antepasados indígenas: “Vamos a hacer una vaca” Todos saltan emocionados y se sientan en ronda. Reúnen las ultimas monedas de sus bolsillos para comprar en la tienda de la esquina el más agradable de los manjares criollos: una gaseosa litro, una bolsa de pan de sal, medio salchichón cervecero y una tajada de queso.
Esa es la primera expresión de hacer una vaca, en nuestra cultura Caribe. Y es mucho más reunir dinero para saciar un instinto fisiológico por comer algo, porque el problema entre los convocantes a “una vaca barranquillera”, no es de hambre. “Hacer una vaca” en La Arenosa -por ejemplo- en una cofradía del barrio Santuario, es refrendar -con el alegre y ruidoso reparto del botín- un pacto de aprecio y profunda hermandad que sobrevive -años después- contra los estragos del tiempo. Años después, esos entrañables amigos de barrio, ahora viviendo cómodamente con carros, casas y nuevas familias, habrán de recordar ese mágico momento en que “una vaca esquinera” convirtió, a nueve de ellos, en hermanos.
-La magia está en lo sencillo- dice el aguerrido periodista barranquillero Lao Herrera Iranzo, sumergido en el ambiente frio y esponjado de su cabina de radio. -La magia está en el hecho mismo de la solidaridad de grupo. Porque, aunque no todos tuvieron monedas en sus bolsillos cuando el amor de amigos hizo el llamado, todos comieron del sancocho de tienda. Luego rieron, se eructaron en los oídos, se relajaron sobre el piso de mosaico verde, se lanzaron peligrosamente unos sobre otros haciendo una “pila de gente” y, luego, se fueron a casa felices- y remata: -Y solo gastaron unas monedas – Ahora, treinta años después, Kike, que es ingeniero, Salo, que es educador, Mandy, que es comerciante, Martin Corona, que es oficial pensionado de la Policía, Pirringo, que es tendero, el Flaco Milo, que es futbolista retirado, Moncho el Gringo, que es administrador de un mercado, Eliecer que es estilista, y Eddie, que gerencia una finca, esperan cualquier restrinjo de tiempo para volver a hacer “la misma vaca”, y disfrutar de la hermandad que solo da el sentirse juntos nuevamente. -La más soñada es “la vaca” de diciembre- dice el ingeniero Kike Salgado.
-Comenzamos a organizar desde seis meses antes y terminamos haciendo lo mismo… ser felices – agrega. Todavía lo hacen debajo del mismo palo de mango, pero ahora la “vaca es más gorda y generosa”. Hacen sancochos, compran las frías y el ron caña por cajas y bailan con sus mujeres alrededor del picó “El Sabrosón”, propiedad del pensionado de la Policía.
Es un rito que ordena la fuerza de sus corazones. Duele decirlo, pero la corrupción tiene al borde de la extinción esta sana expresión amistosa entre los hombres de bien en la Costa Caribe y, de Colombia misma.
La sana expresión de barrio “hacer una vaca” se contaminó cuando salió de la agradable sombra del palo de mango en Barranquilla y comenzó a ser manoseada, ultrajada, prostituida y vilipendiada en charlas entre políticos corruptos, pillos de callejón, delincuentes de muchos pelambres, en donde -de entrada- la amistad no es el soporte fuerte del pacto.
Ahora “la vaca” es la forma, no el fondo. El pacto ya no se sella acostados a la sombra de un mango, sino en fincas lujosas con mujeres borrachas, entre líneas de perico y oportunistas parlanchines. Lo sellan gente con miradas de hielo y armados como para una guerra.
Se pacta en oficinas con el ambiente infestado de marihuana, o, en el oscuro escondrijo de un matón de esquina. Ahora las “vacas” se hacen para reunir grupos y enviar un embarque de drogas, para reunir fondos y eliminar a un enemigo, – o como ahora- para tender un salvavidas a un viejo traqueto que quiere matar dos pájaros de un tiro; Por un lado, salvar su trasero porque las llamadas vías 4G de Antioquia no se concluyeron en dos décadas de su mandato (aun teniendo el dinero de la venta de ISAGEN), y por el otro, para demostrar al presidente Gustavo Petro que el viejo traqueto todavía tiene poder de convocatoria, y lo amenaza con un polvorín.
Esta noticia -de la vaca traqueta- con ribetes insólitos impactó como una bofetada al radio periodista Lao Herrera Iranzo en Barranquilla. Lao se define tan barranquillero como el puente Pumarejo. Y acostumbra a abrir con confianza los micrófonos de su emisora, a cualquier oyente. Allí todos hablan.
En esta tribuna radial la gente de los barrios marginales encuentra un megáfono para desahogar sus frustraciones. Comentando la noticia de la vaca traqueta Lao preguntó, de manera muy casual: -A ver queridos barranquilleros. Ustedes, los creadores de “las vacas para el sancocho de tienda” ¿Qué vaca harían hoy por Barranquilla? – La propuesta estalló como un rocket en el corazón manoseado de los Curramberos.
De inmediato las líneas de la emisora colapsaron. Llamaban dirigentes sociales, lideres de juntas comunales, profesores, mensajeros, conductores y vendedores ambulantes, ancianas que tratan a Lao como a un viejo conocido. Extendieron -con sus quejas- el noticiero más allá del espacio programado. Desnudaron un mar de incumplimientos, frustraciones, estancamientos, olvidos, burlas, y desengaños cometidos por las administraciones del clan Char en los últimos 16 años. La gente que escucha estas quejas, se impresiona al conocer tantos incumplimientos en tan poco tiempo.
Se evidenció que Barranquilla esta postrada en un panorama sombrío de deudas, elefantes blancos, proyectos sin iniciar con dineros embolatados, sueños frustrados y retraso urbano, que necesita una vaca ultra-millonaria para repararlo. No hay tanto dinero para poner al día a La Arenosa, con esta peste que mantiene casi en estado comatoso a la ciudad.
La mayoría de los oyentes coinciden en que “no corresponde a los barranquilleros hacer esas vacas, porque todas obras inconclusas o por iniciar ya están financiadas por los impuestos de los barranquilleros. Le corresponde a la cuestionada alcaldía buscar su propio palo de mango y hacer sus propias vacas para terminar esas obras que le corresponde hacer como autoridad civil. No es ningún regalo a los barranquilleros”.
O sea, lo que inicio como un llamado para analizar la insólita “vaca traqueta de Antioquia” terminó siendo un reclamo de los Curramberos contra las controvertidas administraciones de la familia Char en la Puerta de Oro. A diferencia de la sombría orden del expresidente Álvaro Uribe a sus copartidarios antioqueños -pagar de sus bolsillos un millón de pesos por cabeza para terminar las vías 4G que debían estar al servicio de los paisas hace años- las vacas propuestas por el radio periodista Lao Herrera en Barranquilla, motivaron una ola de rechazos airados, y muy serios contra la administración Char.
Los barranquilleros se expresaron profusamente por las redes sociales. Memes, montajes, puestas en escena, audios, fotografías, desbordaron las plataformas con ingeniosas expresiones de denuncias. En las esquinas, el tema comenzó a ser debatido por vecinos indignados, pero gustosos de poder hablar con nombres propios en esta nueva vaca, solicitada a los barranquilleros.
Considerados los padres originales de las “vacas entre pobres” los barranquilleros brillaron al comparar la orden siniestra del expresidente Uribe y la forma asustadiza de los antioqueños al correr a consignar, contra el espíritu sano y bien intencionado de las vacas barranquilleras. Desde luego, no faltaron las denuncias de los empleados públicos desde Antioquia: “Nos están obligando a pagar o perdemos los empleos” se lee aún. O la sombría notificación del Clan del Golfo al reportar al cuestionado Álvaro Uribe “ya consignamos 10 millones de pesos”.
Llamó poderosamente la atención el extenso rosario de temas que los oyentes proponían por la emisora para “rescatar a través de una buena vaca, de la que forme parte la administración de Alex Char”: Un dirigente cívico del barrio la Manga entro al aire furioso y dijo: “porque la familia Char no hace una vaca entre sus empresas y paga la deuda de la alcaldía Barranquillera, que pasó de 1.7 a 2.7 billones de pesos según datos de la Contraloría General de la República. Esa plata la deben devolver ellos porque se la se la robaron o la invirtieron en negocios para enriquecerse más ellos mismos”.
Otro dijo estar hablando desde el mercado publico de Barranquilla: “esto es una pocilga hermano” Una profesora pensionada llamó para exigir una vaca para culminar un elefante blanco, por el museo del Caribe y el Parque Cultural del Caribe. Un pensionado llamó para clamar una vaca por el Teatro Amira De la Rosa, que fue orgullo de los Barranquilleros.
Un estudiante se comunicó para exigir una vaca por la Escuela de Bellas Artes: “hubo miles de millones de pesos para construir un puente levadizo en un caño por el que no pasan ni los sapos, y no hay plata para terminar la escuela”, exigió airado. Entre llamadas que salieron al aire y otras tomadas por los asesores de la emisora, salió un conductor pensionado que pidió una vaquita para reconstruir las manoseada vía Circunvalar y la calle 30: “la Circunvalar parece bombardeada por aviones de guerra. Pero no. Fue bombardeada por el saqueo y la corrupción y el alcalde mira hacia otro lado cuando le preguntan”, dijo.
Un joven dirigente estudiantil solicito una vaca de la administración para recuperar el viejo edificio del colegio de Barranquilla para Varones: “Sabemos que ya lo estaban vendiendo para construir ahí una Olímpica. Incluso, que el Ministerio de Educación ofreció reconstruirlo en unión con la alcaldía y la administración Char dijo que no, porque lo querían empapelar. Entonces, no lavan ni prestan la batea”. Un ingeniero llamó para exigir una manada de vacas para rescatar la navegabilidad por el rio debajo del nuevo puente: “La nación construyó un hermoso puente y el viejo puente sigue allí. La administración Char mira esto con desdén.
Parece que fuera problema de otra ciudad, porque nunca ha entrado este problema en un listado de prioridades. Ya es hora de salir del puente enano y disfrutar de nuestro enorme rio Magdalena” aseguró. Una promotora cultural se comunicó para exigir una vaca que permita a los barranquilleros que devuelvan el Carnaval. “La cultura de carnaval y los negocios son incompatibles.
Los Char convirtieron nuestra expresión cultural en un negocio y la cultura esta muriendo. Una vaca para devolver a la vida nuestro carnaval” clamó. Llamaron para exigir vacas para rescatar la seguridad, el Hospital de Barranquilla, Alumbrado Público, para rescatar el Cari, para hacer más seguidos los dragados de nuestros caños.
Alguien llamó para exigir que la obra del mega tanque de Siete de Abril se culmine (obra que tiene metido en un problema con la ley a la alcaldía). Un anciano llamó para hacer una vaca y oraciones para que por fin la alcaldía financie el hospital del Padre Cirilo, el Centro Corporación San Camilo, que ahora la administración quiere politizar sumándolo a la red hospitalaria del distrito.
Un damnificado del barrio Campo Alegre llamó llorando para que se haga justicia y la alcaldía pague la reubicación de los afectados y deje de cobrar esa deuda a los barranquilleros. “No nos han reubicado, no nos han indemnizado y los barranquilleros están pagando unos arriendos que le toca pagar a la constructora de la familia Char”, dijo. Hubo llamadas para exigir vaca por la empanada del Aeropuerto Ernesto Cortissoz.
-Bueno queridos oyentes…veo que aquí ya no es suficiente una vaca…aquí se necesita urgentemente un corral…un hato ganadero para que los barranquilleros puedan ver convertidas en realidad las promesas de cumbiamberas que les hicieron en campaña…y no se cumplieron…- concluyó Lao Herrera.