El domingo 21 de julio se registró una temperatura de 17,09 grados Celsius y fue el día más caluroso en la Tierra desde al menos 1940, según los datos preliminares del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea.
Es el segundo año consecutivo en que las temperaturas globales promedio alcanzan récords climáticos impactantes y no será el último, ya que la contaminación por combustibles fósiles que calienta el planeta eleva las temperaturas a nuevos máximos impactantes.
El récord del domingo se produjo en momentos en que muchos países soportan olas de calor prolongadas y brutales. Alrededor de un centenar de ciudades en todo Estados Unidos sufren el comienzo de verano más caluroso jamás registrado, y franjas del sur de Europa lidian con temperaturas superiores a 37°C.