En medio de un escenario de alta tensión diplomática, el presidente Gustavo Petro presidió un Consejo de Ministros televisado centrado en la política antidrogas, apenas dos semanas después de que Estados Unidos decidiera desertificar a Colombia en este campo. Durante el espacio, el mandatario lanzó duras críticas contra el expresidente Donald Trump, a quien calificó como “cómplice de genocidio” y aseguró que “no merece más que la cárcel”. Incluso afirmó que “su Ejército no lo debe obedecer”.
Las declaraciones del jefe de Estado, sumadas a su participación en la protesta “Arrest Netanyahu” en Nueva York, habrían deteriorado aún más la relación bilateral con Washington. Según trascendió, la Casa Blanca habría decidido revocar la visa estadounidense de Petro y de varios de sus ministros, lo que abre un nuevo capítulo de fricciones entre ambos gobiernos.
El mandatario también abrió un frente de polémica al interior de su propio gabinete al acusar a la Cancillería de sabotear el acercamiento con China y frenar la estrategia de diversificación internacional. Sus señalamientos habrían generado incomodidad en algunos sectores del Ejecutivo, en momentos en que la política exterior es clave para el país.
En materia económica, Petro confirmó que no habrá nuevos tratados de libre comercio con Israel y lanzó un ultimátum a las empresas carboníferas, advirtiendo que deberán “plegarse” a las disposiciones oficiales o, de lo contrario, vender sus operaciones. Con estas decisiones, el gobierno busca marcar distancia en la política internacional y reafirmar su agenda de cambios estructurales en la economía.
